The Devil Wears
Prada
Mi película favorita, podría verla miles de veces.
Y algo que en particular llama mucho mi atención es la actitud de Miranda Priestly y es que cuantas de nosotras llegamos a creer que tener una jefa así debe ser muy desagradable, un total tormento.
Comenzaré diciéndoles que mi sueño desde pequeña siempre fue llegar a ser jefa, deje un trabajo mejor pagado para tomar la oportunidad de hacerlo realidad (aun con una paga menor y menos privilegios) y es que quizá la ganancia radica en el aprendizaje.
Pensaba que sería sencillo, sentarme en mi escritorio y dar órdenes, que todos obedezcan y coordinar el personal; para mi sorpresa, era más complejo de lo que creía. Mi cargo como jefa de recursos humanos me ha enseñado lo complejo que podemos llegar a ser las personas, cómo nuestros estados de ánimo influyen en nuestro rendimiento y en nuestro comportamiento laboral. En ocasiones he llegado a cuestionarme si estoy en una empresa trabajando con adultos o en kindergarden tratando con niños.
No ha sido fácil, hay días en los que me encuentro sentada frente al monitor de la computadora pensando en la cantidad de cosas pendientes por hacer sin un gramo de ánimo para empezar y es que a veces ni siquiera sé por dónde hacerlo, sin embargo, no puedo negar que ha sido realmente gratificante y he logrado mi cometido, estoy creciendo profesionalmente, cometiendo errores, acertando en algunas cosas, pero lo más importante... estoy aprendiendo a ser jefa❤
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